De nuevo una escapadita con los amigos a una casa rural, la diferencia es que es la primera vez que llevamos a Inés con nosotros. Se lo ha pasado pipa, la casa tenía un montón de escaleras y ella, para arriba y para abajo, y claro, nosotros con ella. El tiempo no ha acompañado mucho, pero se lo han pasado fenomenal. Ha probado las alitas de pollo y las patatas revolconas, y vamos, que no dejaba ni las miguitas.
Por cierto, que un consejo, dependiendo de a que pueblo vayas, mira muy bien el plano, porque algunos GPS, te mandan por el camino cabras, dan fé de ello nuestros amigos.
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